lunes, mayo 17, 2004
DESTINO DE PALOMAS.
Leí el pobre final de la paloma, que no hizo más que cerrar un ciclo alimentario, es decir cumplir con el fin que su naturaleza le había impuesto. Pensé que siendo paloma y teniendo alas le seria muy fácil escapar de las garras de un gato hijoputa. Pero en fin parece ser que todos los seres hermosos de la creación tienen ese instinto a morir, instinto de inmortalización, y la paloma no lo resistió al ver en las garras del gato una muerte segura. Abra pensado como algúnos amigos míos que el futuro ofrece siempre algo mejor. Creo que si, pero si no conservamos la vida, estamos fritos por más que el presente se ponga espeso.
Como dice el amigo Haffner,la muerte no tiene apelación.
Aún permanece intacto en mis recuerdo mis años de gato, donde mi abuelo aprovechando mi habilidad para trepar árboles y techos me hacia subir al de casa a pillar los pichones del palomar que alimentaba y criaba con celo criollo. Aunque los años han pasado aún me zapatea en el paladar aquel exquisito sabor de Cazuela de pichones que mi abuelo preparaba con la maestria del gato Dumas.
Chicha rrero
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Leí el pobre final de la paloma, que no hizo más que cerrar un ciclo alimentario, es decir cumplir con el fin que su naturaleza le había impuesto. Pensé que siendo paloma y teniendo alas le seria muy fácil escapar de las garras de un gato hijoputa. Pero en fin parece ser que todos los seres hermosos de la creación tienen ese instinto a morir, instinto de inmortalización, y la paloma no lo resistió al ver en las garras del gato una muerte segura. Abra pensado como algúnos amigos míos que el futuro ofrece siempre algo mejor. Creo que si, pero si no conservamos la vida, estamos fritos por más que el presente se ponga espeso.
Como dice el amigo Haffner,la muerte no tiene apelación.
Aún permanece intacto en mis recuerdo mis años de gato, donde mi abuelo aprovechando mi habilidad para trepar árboles y techos me hacia subir al de casa a pillar los pichones del palomar que alimentaba y criaba con celo criollo. Aunque los años han pasado aún me zapatea en el paladar aquel exquisito sabor de Cazuela de pichones que mi abuelo preparaba con la maestria del gato Dumas.
Chicha rrero