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sábado, junio 05, 2004

"Somos de una especie en extincion"....





Petete




Intentare ubicarlos en el espacio tiempo de esta historia de las historia. Ocurrió en la zona norte de Ing. Favalli, mas allá del barrio de los pies junto, lugar que queda donde sea, allí entre aquellos hermosos parrales donde los días transcurren dulcemente. En la época cuando el sol empieza a virar su brillo, fenómeno que los pájaros de Ing. Favalli manifiestan con sus melódicos trinares en busca de su hembra. Igual que yo cuando la sabia de mi cuerpo me eriza hasta los pelos. En aquellos dulces días apareció Petéte, changarín de mil días, apodado de esta manera por su forma de caminar. Gran catador de caldos vínicos cualquiera fuera su composición química. El hombre vivía junto a su hembra en un humilde chozo. Allí se ganaba el sustento en las labores agrarias. Durante sus jornadas laborales después de esos frugales almuerzos en donde el etílico abatía la capacidad metabólica de su organismo solía echarse largas siestas en la hijuela, bajo las sombras de los llorones sauces.
Así fue que en una siniestra patraña de las costumbres en complot con los que lo rodeaban empezaron a ocultarle el elixir de los dioses. Petete no se resigno a esta situación y fue puliendo en su interior un instinto supranormal para hacerse de lo que mas le gustaba, el vino. Desmejoraron sus relaciones y lo alistaron en las filas de la guardia pletoriana de los androides. La crónica dice que hizo su última siesta un noviembre de no se que año, su alma inicio su vuelo después de beberse una botella de vino que anteriormente había servido de recipiente de DDT. Al día de hoy una paloma canta por las siestas de noviembre sobre el lugar donde Petete duerme su siesta eterna.



Ch. Rr.

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